Volvió. Él volvió… o volví yo. No iba a terminar, sabía que no iba a
terminar. Soy enfermizamente débil. El gigante volvió y enredó al mundo con sus
hojas violentas, con sus palabras dolorosas, con sus actitudes hirientes. Su
comportamiento no cambió, simplemente se le ocurrió volver, quién sabe por qué
razón. Yo, siempre dispuesta a recibirlo, no me quejé.