Apenas
me vio, dijo que tenía una mirada vacia. Se me acercó y me preguntó que me
pasaba. Levante la cabeza, lo mire a los
ojos, y estos se llenaron de lágrimas. (No pude hablar). Respiré hondo, tomé
fuerzas y le dije: Pasa que… no se que pasa. Estoy mal por la persona que
quiero.
Me
sonrió y me dijo: -No te preocupes nena! A esta edad tenes que disfrutar, tener
que ser libre, tenes que vivir la vida. Sos chica, y tómalo eso como
experiencia. Querete, valorate, amate si queres. No estes mal, no vale la pena.
Me
abrazó, sonrió nuevamente, y se fue.
(Desde ese día, no nos volvimos a ver…)